Todos nos hemos levantado alguna vez en mitad de la noche con el estómago protestando y acordándose de lo que hemos comido antes de irnos a la cama, y un mal descanso repercute en nuestro quehacer al día siguiente: cansados, despistados y adormilados no rendimos ni disfrutamos.
Hay muchos condicionantes para descansar de manera óptima, pero hoy nos vamos a centrar en nuestra alimentación. Los alimentos que ingerimos antes de acostarnos influyen en gran medida en la calidad del sueño. Por tanto hay que cuidar tanto la cantidad como la calidad. Pero, ¿qué hay que comer para dormir mejor?
Lo mas importante es que la cena sea ligera ya que toda comida alta en calorías, grasa o proteínas nos va a dificultar el sueño. Estas comidas alargan el periodo de digestión y el cuerpo está más activo, no pudiendo conciliar bien el sueño. También nos va a pasar con el picante, que acelera el metabolismo y nos pone como motos.
Hay alimentos con ciertas sustancias precursoras de neurotransmisores que facilitan conciliar el sueño. Así, alimentos como el plátano, avena, cerezas, miel o productos lácteos, contienen triptófano, un aminoácido esencial precursor de la serotonina, neurotransmisor importante en la regulación de las fases del sueño.
Hay muchos condicionantes para descansar de manera óptima, pero hoy nos vamos a centrar en nuestra alimentación. Los alimentos que ingerimos antes de acostarnos influyen en gran medida en la calidad del sueño. Por tanto hay que cuidar tanto la cantidad como la calidad. Pero, ¿qué hay que comer para dormir mejor?
Lo mas importante es que la cena sea ligera ya que toda comida alta en calorías, grasa o proteínas nos va a dificultar el sueño. Estas comidas alargan el periodo de digestión y el cuerpo está más activo, no pudiendo conciliar bien el sueño. También nos va a pasar con el picante, que acelera el metabolismo y nos pone como motos.
Hay alimentos con ciertas sustancias precursoras de neurotransmisores que facilitan conciliar el sueño. Así, alimentos como el plátano, avena, cerezas, miel o productos lácteos, contienen triptófano, un aminoácido esencial precursor de la serotonina, neurotransmisor importante en la regulación de las fases del sueño.
Acabamos con las bebidas: El alcohol, aunque pueda parecer que favorezca el sueño hace todo lo contrario. En un primer momento, al ser excitante nos va a dificultar el empezar a dormir. Además, un exceso produce deshidratación, que conlleva alteraciones del sueño por culpa de calambres, malestar o pesadillas. En el caso del café, siempre es recomendable que se tome cuatro o cinco horas antes de ir a la cama. Cuidado también con las bebidas de cola y todas aquellas que contengan cafeína o teína y todas las “ina” como la taurina, que se halla en algunas bebidas energéticas.
En resumen, es mejor elegir alimentos ricos en hidratos de carbono, que se digieren mejor y contienen menos calorías. Está claro que podemos comer de todo, pero grasas y proteínas habrá que limitarlas, y mucho cuidado con la cantidad de líquido que ingerimos en la cena, también retardará la digestión al diluir los ácidos que descomponen los nutrientes.
En resumen, es mejor elegir alimentos ricos en hidratos de carbono, que se digieren mejor y contienen menos calorías. Está claro que podemos comer de todo, pero grasas y proteínas habrá que limitarlas, y mucho cuidado con la cantidad de líquido que ingerimos en la cena, también retardará la digestión al diluir los ácidos que descomponen los nutrientes.
De esa manera, antes de ir a dormir, evitaremos irnos con esa sensación de pesadez en el estómago. Es preferible esperar unos minutos a que la digestión esté casi acabada, porque la posición de tumbado dificultará aún más el acabar la digestión.
Y, por supuesto, hay que tratar de llevar una vida más relajada, no llevarse las preocupaciones a la cama y no hacer deporte o ejercicio físico poco antes de irse a dormir porque el organismo se despierta.
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